Hayley fue a la cafetería con esperanzas de no tener que ver a Jay, no quería que esos sentimientos siguieran creciendo, le quedaban unos días en la isla y no quería pasarlos pensando solo en él. Era malgastar su preciado tiempo para nada, porque de todos modos ¿A quien le iba a gustar una persona como ella?
Jay quería encontrarse con Hayley aunque sabía que ella no quería encontrarse con él. Así que antepuso la felicidad de ella a la suya y la evitó todo el tiempo que pudo.
Así pasaron los siguientes tres días, sin verse ni hablarse. Jay empezaba a necesitar verla, la necesitaba como el oxígeno. Fue a su habitación y llamó a la puerta bastantes veces hasta que le abrió Hayley que estaba muy despeinada, se notaba que se acababa de levantar.
-¿Por qué está esto tan desordenado?-dijo nada más entrar.
-Ni un buenos dias Hayley ni nada ¿Verdad? Te explicaré a que se debe esto, no encuentro una camiseta.
-¿Por eso? Dile a la de la limpieza que la busque, es lo más lógico.
-No porque me voy y no creo que la de la limpieza quiera llevarme la camiseta a California.
-¿Te vas?
-Sí. Lo siento, pero ahora no puedes quedarte, hasta luego si nos vemos y si no tan solo decirte adiós.
-No me lo esperaba, adiós entonces.-Jay abrazó a Hayley y se fue.
Cuando sintió que la puerta estaba cerrada y Jay no estaba cerca se dejó caer sobre la cama con lágrimas en los ojos, no se creía que le hubiera dicho adiós. Probablemente no volvería a verle jamás. Eran de países distintos. Se levantó, se secó las lágrimas y continuó recogiendo, cuando terminó eran las tres de la tarde y su madre la estaba llamando para que bajara al vestíbulo a dejar la llave de la habitación. Así lo hizo; bajó y dejó la llave. Se iba para siempre, no volvería a ver a Jay y gracias a dios tampoco a Carly. Su madre pidió un taxi y cuando llegó subió y se fue al aeropuerto.
Quedaba embarcar. El avión saldría con retraso, es decir, en vez de a las cuatro, a las cinco.
-Hayley cariño, voy fuera a fumar.-dijo Miriam mientras salía del aeropuerto.
Alguien llegó corriendo junto a Hayley.
-Sé que no me despedí de ti como quizás debería haberlo hecho pero lo siento y simplemente no quiero que te vayas porque aunque te conozco desde hace poco tiempo te has combertido en alguien muy importante para mi. Has sido capaz de abrirme los ojos sobre mi relación con Carly y has hecho de mi alguien distinto porque eres demasiado única, jamás había conocido a nadie como tú y por eso no te quiero perder y no quiero que te vayas pero sé que no puedo hacer que te quedes y hasta dentro de dos años probablemente no pueda volver a verte ni a hablarte porque tienes 16 y eres menor...
>>No sé que es lo que siento exactamente pero sé que siento algo por ti porque eres lo mejor de estas vacaciones, creo que aunque hubieran sido en cualquier parte del mundo aunque fuera un lugar pobre y te hubiera tenido a ti hubieran sido igual de maravillosas, porque en el poco tiempo que te conozco me he fijado en que eres capaz de convertir lo triste en algo bonito, el negro en blanco y todas esas bobadas tan ñoñas.
>>No sé por qué te estoy diciendo esto cuando sé que tú no sientes nada por mi porque simplemente soy un imbécil que no hizo lo que tenía que hacer cuando tuvo la oportunidad. Ojalá te quedaras más tiempo para demostrarte cuanto vales para mi.
>>¿Estás dispuesta a hacer una estupidez?
-¿Qué clase de estupidez?
-Esta.-Jay la agarró por la cintura y la besó dulcemente.
viernes, 18 de enero de 2013
domingo, 6 de enero de 2013
Capítulo 5: Una noche con Jay
Continuaron paseando.
-¿Que ibas a decirme?-dijo Hayley.
-Pues una bobada.
-Dímelo, por favor, te lo suplico.
Hayley se puso de rodillas delante de Jay con las manos como si fuera a rezar, Jay la miraba con vergüenza, no quería decírselo, sabía que ella no la quería o por lo menos eso pensaba él. Se equivocaba. Ella le quería y mucho. Al ver que Jay no le dijo lo que le quería decir se puso de pie y comenzó a caminar seguida por Jay hacia el hotel. Cuando llegaron Carly y la madre de Hayley estaban esperando sentadas en los sillones del vestíbulo del hotel.
-¡Mamá!-dijo Hayley-¿Qué haces aquí?
-¿Quien es este?-dijo Miriam.
-Es mi novio, su hijita se ha empeñado en quitármelo.
-¿Es eso cierto?-dijo Miriam.
-No mamá, no le quiero quitar nada a esta pija de tres al cuarto y tampoco quiero tener nada que ver contigo, ahora si me disculpas me iré a dormir.
Hayley se separó de su madre y se fue lo más rápido a su posible. Jay observó como se iba mientras Carly tiraba de él hacia su habitación.
-Carly ¿A que vino eso?
-Pues fui a la habitación de la guarrilla esa y al ver que no estaba le pregunté a su vecina de al lado que resultó ser su madre y bueno, pues ya ves le dije la verdad sobre donde estaba su hija y mi novio, ¿Te has vuelto loco?
-Pues fui a la habitación de la guarrilla esa y al ver que no estaba le pregunté a su vecina de al lado que resultó ser su madre y bueno, pues ya ves le dije la verdad sobre donde estaba su hija y mi novio, ¿Te has vuelto loco?
-No ¿Por qué lo dices?
-Porque llegamos anoche y no quisiste salir ni nada y hoy que podíamos haber salido le dedicas tu primera noche fuera en Hawaii a esa asquerosa.
-¿Y eso te enfada? Quizás soy yo el que tiene que enfadarse porque tú andes zorreando con todos los tíos que se te cruzan en tu camino, quizás debería ser yo el que estuviera enfadado porque esa chica no se merecía que llamaras a su madre ni nada.
-Si tan guarra soy y ella es tan angelito vete con ella, coge tus cosas y búscate otro sitio para dormir, que sepas que el hotel está a tope y no hay habitaciones libres. La habitación de tu amiguita es la 300.
-Vale, nos veremos cuando hayas madurado un poquito.
Jay recogió sus cosas y las metió en su maleta. Salió de la habitación y se dirigió al ascensor, subió al piso donde se encontraba la habitación de Hayley y llamó a la puerta. Consiguió sacarla de la cama y fue a abrirle.
-¿Jay? ¿Qué haces aquí?
-Carly me ha echado, ¿Tienes sofá?
-Sí, claro pasa pero mañana cuando venga mi madre a despertarme cuando llame a la puerta coges tus cosas y te escondes ¿Vale?
-Vale, gracias por dejar que me quede.-dejó caer sus cosas y abrazó a Hayley.
-Vale... Pasa.
Hayley ayudó a Jay a meter sus cosas en la habitación y le preparó un poco el sofá para que fuera un poco más decente aquel sofá.
-Bueno, esto es lo mejor que he podido hacer.-dijo Hayley encogiéndose de hombros.
-No está tan mal, te lo repito, mil gracias por acogerme en tu habitación.
-Quien nos oiga va a pensar que estamos liados.-dijo Hayley riendo.
-Sí, bueno, pues yo voy al baño a ponerme el pijama y a dormir que estoy cansadísimo.
-Vale.
Jay cogió su pijama y entró en el baño, Hayley se metió en la cama aún un poco flipando por el hecho de que el chico con el que quería estar estuviera poniéndose el pijama en su cuarto de baño, pensar que dormirían en la misma habitación hacía que se sonrojara mucho, como una niña pequeña. Como si fuera el día de Navidad por la mañana cuando hay que ir a coger los regalos. Jay salió del baño y se tumbó en el sofá, Hayley apagó la luz y ambos comenzaron a fingir que dormían dado que ninguno de ellos podían conciliar el sueño teniendo al otro a cinco pasos de distancia. Al final, al cabo de tres horas Hayley cayó presa del sueño y se durmió, Jay no tuvo la misma suerte quizás porque a él le gustaba más Hayley que a Hayley él o porque no estaba tan cansado como ella y el hecho de estar durmiendo en un sofá no ayudaba demasiado. Ambos se despertaron a las 10 de la mañana con el sonido del teléfono de Hayley, su amiga Amy la llamaba y teniendo en cuenta de que Hayley tenía una canción bastante sonora de tono de llamada no pudo evitar despertar a Jay. Una vez terminó de hablar se juntó con Jay.
-Dúchate y cuando termines te piras y espero a que llame mi madre para ver que pasé bien la noche y toda esa mierda.
-Claro.
Jay se fue al baño y mientras se duchaba Hayley recogía la habitación para que pareciera que no había dormido nadie allí más que ella aquella noche. Cuando Jay terminó salió del baño ya vestido y salió de la habitación rápidamente y bajó a desayunar. Hayley se quedó en la habitación esperando a que su madre la molestara como era de costumbre. Pero no lo hizo, no llamó a su puerta como siempre, simplemente le envió un mensaje en el que le decía que se iba a ir todo el día y que hasta medianoche no volvería. Resultaba sospechoso para Hayley, podía estar diciéndole la verdad pero también podía ser una prueba para ver si iba con Jay aunque le daba igual que a su madre no le gustara, simplemente era un chico que había conocido y que desgraciadamente no era más que un amigo, solo eso y no tenía nada de malo tener amistad con un chico. Además de que cuando se fueran probablemente nunca le volvería a ver y solo sería una anécdota más que contarle a sus nietas y a sus hijas. Si es que llegaba a tenerlas, porque sus planes de vida no eran de formar familia y mucho menos de llegar a tener nietos, Hayley era de esas personas que no quieren vivir demasiado como todos, sus planes eran vivir la vida. Vive rápido muere joven, ese era su lema. No merece la pena morir viejo si no has vivido, pero la opinión de Hayley acabaría cambiando algún día. Quizás no en los próximos meses ni años pero llegó un momento en el que se dio cuenta de que era mejor vivir mucho y tener una familia y ser feliz con ellos. Para llegar a esa conclusión de que es mejor morir de viejo tuvo que recibir la lección de una manera horrible.
viernes, 4 de enero de 2013
Capítulo 4
-Gracias Jay-dijo Hayley sonriente.
-¿Damos un paseo antes de ir a cenar?
-Claro. Jay, tengo que hacerte una pregunta.
-Dime.
-¿A qué se debe este repentino interés por estar conmigo?
-No lo sé, me caes bien y eso es algo que a mi me importa bastante y la verdad he visto que estás bastante sola al igual que yo y bueno, pensé que quizás podríamos ser amigos.-dijo Jay nervioso.
-Claro que podemos ser amigos.
Dieron un paseo durante casi dos horas, el tiempo se pasó demasiado rápido, estaban hablando de sus vidas, de lo que les gustaba hacer, de lo que había en sus países, era increíble lo diferente que eran, Hayley escuchaba Metallica, Jay a Lil Wayne, cosas demasiado distintas, quien los viera diría que son demasiado diferentes para tener algo.
-Creo que deberíamos ir ya a cenar, supuse que como eres una chica de buenas costumbres estarías acostumbrada a cenar en restaurantes caros pero como yo no tengo demasiado dinero y me gustaría probar la comida hawaiana he pensando en ir a un restaurante típico, ¿Te parece?
-Claro, eso suena genial y no estoy acostumbrada a restaurantes caros porque no me gusta ir a restaurantes, no me gusta mucho salir de casa porque no me gusta mucho la gente.
-¿Y eso?
-Pues la gente me agobia, me da ansiedad, me estresan, hacen que sienta que nunca seré lo suficientemente buena, me critican y por esas cosas y otras muchas no me gusta la gente, pero tú me caes bien.
-Me siento afortunado en ese caso.-dijo Jay riendo.
Fueron a un pequeño restaurante situado casi en la playa, la comida típica en Hawai es el sushi, así que eso fue lo que comieron.
-No está tan malo como siempre había pensado.-dijo Hayley cuando dio el primer bocado.
-¿Cómo siempre habías pensado?
-Sí, es que a ver, a mi el pescado no me gusta demasiado y bueno, esto es pescado crudo y esperaba que supiera mal, pero está rico.
-¿No te gusta el pescado?
-A ver, si que me gusta pero no es de mis comidas favoritas y ¿Por qué estamos hablando de esto ahora?
-Pues no lo sé.-dijo Jay riendo.-¿Como es tu ciudad?
-Es una ciudad normal y corriente, está en California, pero es una ciudad pequeña, no hay mucha gente, es bastante agradable, lo mejor es que no es como Los Ángeles que siempre está abarrotado de gente.
-Me da a mi que a ti la gente no te gusta.
-Tienes razón, la gente no me gusta, pero que le vamos a hacer, es lo que hay, ¿Cómo es tu ciudad?
-Pues es Sidney, tiene sus zonas que están llenas de gente como la ópera y otras que están casi desiertas, depende un poco de la zona pero tampoco es muy ajetreada, es agradable.
-A mi me gustaría ir a Australia. ¿Hay canguros?
-¿Canguros? ¿Qué clase de pregunta es esa?
-Australia quiere decir canguros.
-Hay canguros pero no por la ciudad
-Hasta ahí llego, que tan tonta no soy
Jay se rió y siguieron cenando en silencio, pero no un silencio incómodo, si no un silencio de esos en los que no hay nada de decir porque todo está dicho.
-¿Vamos a dar un paseo?
-¿Otro?
-Sí, es bonito pasear por aquí de noche o eso me han dicho.
-Tiene toda la pinta de ser precioso todo esto de noche, oye-dijo Hayley mientras se levantaba-¿Cómo es que Carly te ha dejado venir conmigo?
-No lo sabe.
-Que malote que eres.-dijo Hayley riendo.
Fueron hasta la orilla y comenzaron a pasear, hacía una noche estrellada, sin una sola nube en el cielo, hacía la temperatura perfecta, ni demasiado frío ni demasiado calor. Hayley miraba a Jay cuando el miraba otra parte y cuando Hayley miraba a otro lado Jay la miraba, se morían el uno por el otro, un verdadero flechazo, pero ninguno quería reconocerlo, ambos lo sabían y se les notaba en la cara pero no querían aceptarlo por el simple hecho de que en dos semanas Hayley volvería a América y Jay a Australia, no podrían mantener la relación, no por la distancia que también pero otro motivo era el desajuste horario y que cuando volvieran a clase les sería demasiado difícil hablar y no podrían verse y eso es horrible, querer a alguien que está a miles de quilómetros. Es una de las peores cosas del mundo.
-Hayley, espera un momento.-dijo Jay parándose.
-Dime.-dijo Hayley deteniéndose.
-No, déjalo, no es nada.-dijo Jay.
¿Qué le iba a decir? Lo que sentía, obviamente pero se acobardó, no quería que ella no sintiera lo mismo y le rechazara.
-¿Damos un paseo antes de ir a cenar?
-Claro. Jay, tengo que hacerte una pregunta.
-Dime.
-¿A qué se debe este repentino interés por estar conmigo?
-No lo sé, me caes bien y eso es algo que a mi me importa bastante y la verdad he visto que estás bastante sola al igual que yo y bueno, pensé que quizás podríamos ser amigos.-dijo Jay nervioso.
-Claro que podemos ser amigos.
Dieron un paseo durante casi dos horas, el tiempo se pasó demasiado rápido, estaban hablando de sus vidas, de lo que les gustaba hacer, de lo que había en sus países, era increíble lo diferente que eran, Hayley escuchaba Metallica, Jay a Lil Wayne, cosas demasiado distintas, quien los viera diría que son demasiado diferentes para tener algo.
-Creo que deberíamos ir ya a cenar, supuse que como eres una chica de buenas costumbres estarías acostumbrada a cenar en restaurantes caros pero como yo no tengo demasiado dinero y me gustaría probar la comida hawaiana he pensando en ir a un restaurante típico, ¿Te parece?
-Claro, eso suena genial y no estoy acostumbrada a restaurantes caros porque no me gusta ir a restaurantes, no me gusta mucho salir de casa porque no me gusta mucho la gente.
-¿Y eso?
-Pues la gente me agobia, me da ansiedad, me estresan, hacen que sienta que nunca seré lo suficientemente buena, me critican y por esas cosas y otras muchas no me gusta la gente, pero tú me caes bien.
-Me siento afortunado en ese caso.-dijo Jay riendo.
Fueron a un pequeño restaurante situado casi en la playa, la comida típica en Hawai es el sushi, así que eso fue lo que comieron.
-No está tan malo como siempre había pensado.-dijo Hayley cuando dio el primer bocado.
-¿Cómo siempre habías pensado?
-Sí, es que a ver, a mi el pescado no me gusta demasiado y bueno, esto es pescado crudo y esperaba que supiera mal, pero está rico.
-¿No te gusta el pescado?
-A ver, si que me gusta pero no es de mis comidas favoritas y ¿Por qué estamos hablando de esto ahora?
-Pues no lo sé.-dijo Jay riendo.-¿Como es tu ciudad?
-Es una ciudad normal y corriente, está en California, pero es una ciudad pequeña, no hay mucha gente, es bastante agradable, lo mejor es que no es como Los Ángeles que siempre está abarrotado de gente.
-Me da a mi que a ti la gente no te gusta.
-Tienes razón, la gente no me gusta, pero que le vamos a hacer, es lo que hay, ¿Cómo es tu ciudad?
-Pues es Sidney, tiene sus zonas que están llenas de gente como la ópera y otras que están casi desiertas, depende un poco de la zona pero tampoco es muy ajetreada, es agradable.
-A mi me gustaría ir a Australia. ¿Hay canguros?
-¿Canguros? ¿Qué clase de pregunta es esa?
-Australia quiere decir canguros.
-Hay canguros pero no por la ciudad
-Hasta ahí llego, que tan tonta no soy
Jay se rió y siguieron cenando en silencio, pero no un silencio incómodo, si no un silencio de esos en los que no hay nada de decir porque todo está dicho.
-¿Vamos a dar un paseo?
-¿Otro?
-Sí, es bonito pasear por aquí de noche o eso me han dicho.
-Tiene toda la pinta de ser precioso todo esto de noche, oye-dijo Hayley mientras se levantaba-¿Cómo es que Carly te ha dejado venir conmigo?
-No lo sabe.
-Que malote que eres.-dijo Hayley riendo.
Fueron hasta la orilla y comenzaron a pasear, hacía una noche estrellada, sin una sola nube en el cielo, hacía la temperatura perfecta, ni demasiado frío ni demasiado calor. Hayley miraba a Jay cuando el miraba otra parte y cuando Hayley miraba a otro lado Jay la miraba, se morían el uno por el otro, un verdadero flechazo, pero ninguno quería reconocerlo, ambos lo sabían y se les notaba en la cara pero no querían aceptarlo por el simple hecho de que en dos semanas Hayley volvería a América y Jay a Australia, no podrían mantener la relación, no por la distancia que también pero otro motivo era el desajuste horario y que cuando volvieran a clase les sería demasiado difícil hablar y no podrían verse y eso es horrible, querer a alguien que está a miles de quilómetros. Es una de las peores cosas del mundo.
-Hayley, espera un momento.-dijo Jay parándose.
-Dime.-dijo Hayley deteniéndose.
-No, déjalo, no es nada.-dijo Jay.
¿Qué le iba a decir? Lo que sentía, obviamente pero se acobardó, no quería que ella no sintiera lo mismo y le rechazara.
martes, 1 de enero de 2013
Capítulo 3: Es por combeniencia
-Sí ¿Verdad? Ahora cuenta-dijo Jay
-Creo que voy a pasar, una pregunta... ¿Por qué andas con Carly?
-Porque es mi novia.
-Pero es demasiado desagradable para poder ser la pareja de alguien tan majo como tú.
-Estás hablando de mi novia ¿Sabías?
-Sí, claro que lo sé, pero es que verás, soy una persona demasiado sincera y creo que debo decírtelo, no sé por qué.
-Pues tienes bastante razón Hayley, es una desagradable y una celosa y muchas más cosas malas pero ¿Sabes qué?-hizo una parada para continuar y siguió hablando-que la quiero.
-Mientes-dijo Hayley riéndose-es bastante gracioso que después de decirle que la quieres tantas veces como debes de decírselo mientas tan mal a otras. Se te nota que no la quieres, ni siquiera te gusta ya. ¿Por qué sigues con ella entonces?
-Mira, mis mentiras sobre mis sentimientos hacia mi novia son irrelevantes para ti, tú limítate a hacer tu vida lo mejor que puedas, y tienes razón, ya ni me gusta mi novia pero creo que eso a ti debería darte igual, me gusta una chica sí pero no pienso dejar a Carly por nada del mundo.
-Porque está buena ¿No? ¿Por qué todos los tíos os movéis por ese razonamiento?
-No todos, la chica que me gusta es guapa sí, pero no es como Carly.
-Vamos, que no es puta.
-No, no es puta.
-¿Por qué no le pides salir?-dijo Hayley.
-Porque no nos conocemos desde hace mucho, porque estoy con Carly, porque ella tendrá novio y sería imposible mantenerlo.
-Pues mira, tú trátala como a una princesa, y ya verás como tú también le gustas y luego tú dejas a Carly y ya.
-No puedo dejar a Carly
-¿Por?
-Porque verás, Carly y yo empezamos porque nuestros padres tienen negocios juntos hace unos cuatro años, pero luego compitieron por un puesto o algo así, y al perder mi padre se hizo su amigo y me exigió que siguiera con Carly para que si algún día nos casábamos yo tuviera acceso a todo lo de sus padres.
-Pues menuda mierda de relación.
-Es por combeniencia, a mi ella ni me va ni me viene, si pudiera iba con esa chica que me gusta y le decía lo que siento.
-Que bonito. Yo me tengo que ir, a ver si nos vemos alguna otra vez.
-Esta noche te invito a cenar ¿Te apetece?
-Me encantaría.
-Pues hasta esta noche.
Hayley se fue a su habitación sin poder dejar de sonreír, le encantaba el hecho de que Jay la había invitado a cenar y lo que le encantaba más era que sabía que no estaba con Carly porque la quisiera, si no por combeniencia y eso le gustaba por el hecho de que Carly no le caía bien y sabía que nadie podía enamorarse de alguien como ella.
Entró en su habitación y se metió en la cama para echar una siesta. No durmió casi nada porque estaba nerviosa por la cena, tendría que cambiarse y ponerse algo más bonito porque no pensaba ir con el bikini y una camiseta transparente y unos pantalones de flores, no quedaría bonito, tampoco se pondría un vestido elegante porque no le apetecía demasiado además de que no le pareció que fuera una cena de esas de llevar vestido. El principal problema era como conseguir que su madre dejara que se fuera con un completo desconocido, quizás no hiciera falta decirle nada quizás con decirle que se iba a dormir y luego salir sin que enterara llegaba. Sí, decididamente eso haría o a lo mejor su madre ni siquiera se presentaba por allí, porque conociéndola se habría ido a cenar por ahí. Tan solo tenía que cerrar la puerta cuando saliera de la habitación y no hacer ruido al volver y ya estaba, su madre no se enteraría de que había salido de su habitación, todo perfecto.
Hayley no era la única que pensaba en como salir sin que nadie se enterara, Jay tenía que evitar como fuera que Carly se enterara porque si se enteraba era capaz de hacerle ir con ella a la cena y eso no le haría demasiada gracia a Hayley, lo cual era comprensible. Lo más sencillo era irse a las siete y esperar en el vestíbulo hasta las ocho, hora a la que habían quedado. Eso haría y si se encontraba con Carly en el vestíbulo pues le diría que subiera que el tenía iba en seguida y luego se escondería por ahí para que no le encontrara.
Pasó lentamente el tiempo hasta las siete, hora en la que Jay bajó al vestíbulo y se sentó en un sillón a esperar a Hayley que llegó a las siete y media en vez de a las ocho, estaba guapísima, lo cual hizo que a Jay le gustara cada vez más esa chica que no conocía ni de 24 horas atrás que era única, se había convertido en más que una simple chica para él, era como si una parte de él le estuviera diciendo que se lanzara a por ella y la otra le decía que hiciera lo que debía y siguiera con Carly, pero Jay sabía que la parte que le decía que fuera a por Hayley acabaría ganando a la parte que decía que se quedara con Carly.
Ambos sabían que lo que estaban sintiendo no estaba bien, pues eran de dos continentes distintos y era insostenible, que no podrían sacar adelante una relación pero eso no importa cuando sientes lo que sintieron ellos dos desde el primer momento.
-Estás preciosa-dijo Jay.
-Creo que voy a pasar, una pregunta... ¿Por qué andas con Carly?
-Porque es mi novia.
-Pero es demasiado desagradable para poder ser la pareja de alguien tan majo como tú.
-Estás hablando de mi novia ¿Sabías?
-Sí, claro que lo sé, pero es que verás, soy una persona demasiado sincera y creo que debo decírtelo, no sé por qué.
-Pues tienes bastante razón Hayley, es una desagradable y una celosa y muchas más cosas malas pero ¿Sabes qué?-hizo una parada para continuar y siguió hablando-que la quiero.
-Mientes-dijo Hayley riéndose-es bastante gracioso que después de decirle que la quieres tantas veces como debes de decírselo mientas tan mal a otras. Se te nota que no la quieres, ni siquiera te gusta ya. ¿Por qué sigues con ella entonces?
-Mira, mis mentiras sobre mis sentimientos hacia mi novia son irrelevantes para ti, tú limítate a hacer tu vida lo mejor que puedas, y tienes razón, ya ni me gusta mi novia pero creo que eso a ti debería darte igual, me gusta una chica sí pero no pienso dejar a Carly por nada del mundo.
-Porque está buena ¿No? ¿Por qué todos los tíos os movéis por ese razonamiento?
-No todos, la chica que me gusta es guapa sí, pero no es como Carly.
-Vamos, que no es puta.
-No, no es puta.
-¿Por qué no le pides salir?-dijo Hayley.
-Porque no nos conocemos desde hace mucho, porque estoy con Carly, porque ella tendrá novio y sería imposible mantenerlo.
-Pues mira, tú trátala como a una princesa, y ya verás como tú también le gustas y luego tú dejas a Carly y ya.
-No puedo dejar a Carly
-¿Por?
-Porque verás, Carly y yo empezamos porque nuestros padres tienen negocios juntos hace unos cuatro años, pero luego compitieron por un puesto o algo así, y al perder mi padre se hizo su amigo y me exigió que siguiera con Carly para que si algún día nos casábamos yo tuviera acceso a todo lo de sus padres.
-Pues menuda mierda de relación.
-Es por combeniencia, a mi ella ni me va ni me viene, si pudiera iba con esa chica que me gusta y le decía lo que siento.
-Que bonito. Yo me tengo que ir, a ver si nos vemos alguna otra vez.
-Esta noche te invito a cenar ¿Te apetece?
-Me encantaría.
-Pues hasta esta noche.
Hayley se fue a su habitación sin poder dejar de sonreír, le encantaba el hecho de que Jay la había invitado a cenar y lo que le encantaba más era que sabía que no estaba con Carly porque la quisiera, si no por combeniencia y eso le gustaba por el hecho de que Carly no le caía bien y sabía que nadie podía enamorarse de alguien como ella.
Entró en su habitación y se metió en la cama para echar una siesta. No durmió casi nada porque estaba nerviosa por la cena, tendría que cambiarse y ponerse algo más bonito porque no pensaba ir con el bikini y una camiseta transparente y unos pantalones de flores, no quedaría bonito, tampoco se pondría un vestido elegante porque no le apetecía demasiado además de que no le pareció que fuera una cena de esas de llevar vestido. El principal problema era como conseguir que su madre dejara que se fuera con un completo desconocido, quizás no hiciera falta decirle nada quizás con decirle que se iba a dormir y luego salir sin que enterara llegaba. Sí, decididamente eso haría o a lo mejor su madre ni siquiera se presentaba por allí, porque conociéndola se habría ido a cenar por ahí. Tan solo tenía que cerrar la puerta cuando saliera de la habitación y no hacer ruido al volver y ya estaba, su madre no se enteraría de que había salido de su habitación, todo perfecto.
Hayley no era la única que pensaba en como salir sin que nadie se enterara, Jay tenía que evitar como fuera que Carly se enterara porque si se enteraba era capaz de hacerle ir con ella a la cena y eso no le haría demasiada gracia a Hayley, lo cual era comprensible. Lo más sencillo era irse a las siete y esperar en el vestíbulo hasta las ocho, hora a la que habían quedado. Eso haría y si se encontraba con Carly en el vestíbulo pues le diría que subiera que el tenía iba en seguida y luego se escondería por ahí para que no le encontrara.
Pasó lentamente el tiempo hasta las siete, hora en la que Jay bajó al vestíbulo y se sentó en un sillón a esperar a Hayley que llegó a las siete y media en vez de a las ocho, estaba guapísima, lo cual hizo que a Jay le gustara cada vez más esa chica que no conocía ni de 24 horas atrás que era única, se había convertido en más que una simple chica para él, era como si una parte de él le estuviera diciendo que se lanzara a por ella y la otra le decía que hiciera lo que debía y siguiera con Carly, pero Jay sabía que la parte que le decía que fuera a por Hayley acabaría ganando a la parte que decía que se quedara con Carly.
Ambos sabían que lo que estaban sintiendo no estaba bien, pues eran de dos continentes distintos y era insostenible, que no podrían sacar adelante una relación pero eso no importa cuando sientes lo que sintieron ellos dos desde el primer momento.
-Estás preciosa-dijo Jay.
Capítulo 2: La novia de Jay
Jay se fue también hacia el hotel, que, casualmente, era el mismo en el que se alojaba Hayley, pero no se encontró con ella.
-¿Quien era esa Jay?-dijo una chica bajita y con el pelo negro como el carbón.
-Una chica, Carly, ¿Por qué eres tan celosa?
-Porque soy posesiva, eres mío y espero que lo sigas siendo ¿Entendido?
-Sí, no te preocupes, es una chica, además es estadounidense, y tampoco me ha parecido muy interesante, será una chica típica sin nada interesante que contar.-dijo Jay.
-Tenía toda la pinta de ser una friki.
-Tampoco seas mala Carly.-dijo Jay
-Como quieras, me voy a dar una vuelta, nos vemos a la hora de comer.-Carly dijo esto y se fue rápidamente.
Carly no era la típica chica que se ponía celosa porque quisiera a su novio, no. Era la típica chica que sabía que no iba a encontrar nada mejor y que sabía que Hayley era mucho más interesante que ella además de probablemente más agradable. No le importaba que le quitara a Jay por el hecho de que le quitara a Jay, le preocupaba por el hecho de que era patético para alguien como ella que una chica como Hayley que ni siquiera habían pasado 20 minutos juntos le quitara a su novio. Su principal objetivo en aquel momento era encontrar a la Hayley para decirle que se alejara de su novio. Pasó dos horas buscándola por todas partes, menos en el lugar probablemente más evidente de todos, la cafetería del hotel. Ese fue el único sitio en el que no miró, así, que no la encontró y a la hora de comer cuando se sentó en una mesa a comer con Jay vio como se levantaba y se iba.
Hayley no podía sacarse a Jay de la cabeza, no quería estar así porque sabía que si le gustaba y le veía con otras chicas se pondría celosa y los celos no son buenos, también sabía que probablemente tenía novia, así que eso era aún peor, cuanto más celoso estés de una persona porque te gusta y anda con otra más te gustará hasta que te enamores, algo que Hayley no pensaba permitirse, porque enamorarse quiere decir sufrir y sufrir aún más no era algo que le apeteciera mucho. Lo único bueno que tenía estar en aquel lugar para ella era que no tenía que soportar a su familia, lo cual, es fantástico, la familia de Hayley es la típica familia que hacen muchas cosas juntos, quizás demasiadas y para una persona como ella eso era lo peor. Sonó su teléfono, su madre, como no.
-¿Qué quieres mamá?-dijo Hayley de mala gana.
-Pues quiero que me expliques porque no me mandaste un mensaje diciéndome que salías.
-¿Como que no te lo mandé? Lo que pasa es que eres una inútil y no sabes usar tu teléfono, que hay que dártelo todo hecho, como a los niños pequeños.
-Jovencita no me hables así.
-Déjame en paz, vete a darte un masaje o cualquier cosa y olvídate de mi existencia.
Hayley colgó el teléfono antes de que su madre pudiera decirle nada y se fue a la playa a darse un baño, no era una de esas cosas que la desagradaban como el resto de actividades posibles del mundo. El agua estaba congelada, estaba por irse al hotel cuando apareció la persona acertada justo e le momento acertado, aunque por desgracia no estaba solo.
-¿Está fría?-dijo él.
-Un poquito-dijo Hayley
-Ah, sí, Hayley, esta es Carly, mi novia.-dijo Jay
-Encantada de conocerte.-dijo Carly.
-Igualmente.
Sonrió, pero de modo falso, se notaba que Carly no era de su agrado y no solo porque fuera la novia de Jay, que también era por eso, pero por su forma de ser, por la palabra que habían cruzado y por la mirada que le había lanzado se dio cuenta de que no podían ser amigas así que lo mejor sería dejarlo estar y hacer como si no le gustara Jay, lo cual era bastante triste porque si que le gustaba. "Estúpido cerebro" el primer pensamiento de Hayley al darse cuenta de que estaba celosa lo que quería decir que le gustaba Jay. No podía ser, tenía que quitárselo de la cabeza, eso era lo peor que le podía pasar en aquel momento, porque sabía que si seguía viéndole por allí y hablando con él se enamoraría y eso no podía ser. En su cabeza elaboró la mejor táctica que pegaba con su personalidad, le ignoraría y si él le hablaba ella se limitaría a ser una desagradable, que tampoco le iba a costar demasiado.
-Tengo que irme.-dijo Carly-¿Hablamos luego Jay?
-Claro, adiós.-dijo él secamente
Carly le besó en la mejilla, miró a Hayley con desprecio y se fue dejándolos solos aunque rodeados de gente. ¿Que hacer en esa situación? ¿Cuando ves que la otra persona que te encanta tiene pareja?
-No te agrada ¿Verdad?-dijo Jay.
-No te mentiré, me desagrada más que mi madre lo cual es bastante.
-Vamos Hayley seguro que tu madre es agradable.
-No, ¿Por qué estoy hablando de esto contigo?
-Porque a veces las personas que mejor pueden ayudarnos son unos completos desconocidos que pueden saber como te sientes.
-¿Sabes como me siento acaso?
-No, pero quizás pueda ayudarte.
-Gran razonamiento.-dijo Hayley entre risas.
-¿Quien era esa Jay?-dijo una chica bajita y con el pelo negro como el carbón.
-Una chica, Carly, ¿Por qué eres tan celosa?
-Porque soy posesiva, eres mío y espero que lo sigas siendo ¿Entendido?
-Sí, no te preocupes, es una chica, además es estadounidense, y tampoco me ha parecido muy interesante, será una chica típica sin nada interesante que contar.-dijo Jay.
-Tenía toda la pinta de ser una friki.
-Tampoco seas mala Carly.-dijo Jay
-Como quieras, me voy a dar una vuelta, nos vemos a la hora de comer.-Carly dijo esto y se fue rápidamente.
Carly no era la típica chica que se ponía celosa porque quisiera a su novio, no. Era la típica chica que sabía que no iba a encontrar nada mejor y que sabía que Hayley era mucho más interesante que ella además de probablemente más agradable. No le importaba que le quitara a Jay por el hecho de que le quitara a Jay, le preocupaba por el hecho de que era patético para alguien como ella que una chica como Hayley que ni siquiera habían pasado 20 minutos juntos le quitara a su novio. Su principal objetivo en aquel momento era encontrar a la Hayley para decirle que se alejara de su novio. Pasó dos horas buscándola por todas partes, menos en el lugar probablemente más evidente de todos, la cafetería del hotel. Ese fue el único sitio en el que no miró, así, que no la encontró y a la hora de comer cuando se sentó en una mesa a comer con Jay vio como se levantaba y se iba.
Hayley no podía sacarse a Jay de la cabeza, no quería estar así porque sabía que si le gustaba y le veía con otras chicas se pondría celosa y los celos no son buenos, también sabía que probablemente tenía novia, así que eso era aún peor, cuanto más celoso estés de una persona porque te gusta y anda con otra más te gustará hasta que te enamores, algo que Hayley no pensaba permitirse, porque enamorarse quiere decir sufrir y sufrir aún más no era algo que le apeteciera mucho. Lo único bueno que tenía estar en aquel lugar para ella era que no tenía que soportar a su familia, lo cual, es fantástico, la familia de Hayley es la típica familia que hacen muchas cosas juntos, quizás demasiadas y para una persona como ella eso era lo peor. Sonó su teléfono, su madre, como no.
-¿Qué quieres mamá?-dijo Hayley de mala gana.
-Pues quiero que me expliques porque no me mandaste un mensaje diciéndome que salías.
-¿Como que no te lo mandé? Lo que pasa es que eres una inútil y no sabes usar tu teléfono, que hay que dártelo todo hecho, como a los niños pequeños.
-Jovencita no me hables así.
-Déjame en paz, vete a darte un masaje o cualquier cosa y olvídate de mi existencia.
Hayley colgó el teléfono antes de que su madre pudiera decirle nada y se fue a la playa a darse un baño, no era una de esas cosas que la desagradaban como el resto de actividades posibles del mundo. El agua estaba congelada, estaba por irse al hotel cuando apareció la persona acertada justo e le momento acertado, aunque por desgracia no estaba solo.
-¿Está fría?-dijo él.
-Un poquito-dijo Hayley
-Ah, sí, Hayley, esta es Carly, mi novia.-dijo Jay
-Encantada de conocerte.-dijo Carly.
-Igualmente.
Sonrió, pero de modo falso, se notaba que Carly no era de su agrado y no solo porque fuera la novia de Jay, que también era por eso, pero por su forma de ser, por la palabra que habían cruzado y por la mirada que le había lanzado se dio cuenta de que no podían ser amigas así que lo mejor sería dejarlo estar y hacer como si no le gustara Jay, lo cual era bastante triste porque si que le gustaba. "Estúpido cerebro" el primer pensamiento de Hayley al darse cuenta de que estaba celosa lo que quería decir que le gustaba Jay. No podía ser, tenía que quitárselo de la cabeza, eso era lo peor que le podía pasar en aquel momento, porque sabía que si seguía viéndole por allí y hablando con él se enamoraría y eso no podía ser. En su cabeza elaboró la mejor táctica que pegaba con su personalidad, le ignoraría y si él le hablaba ella se limitaría a ser una desagradable, que tampoco le iba a costar demasiado.
-Tengo que irme.-dijo Carly-¿Hablamos luego Jay?
-Claro, adiós.-dijo él secamente
Carly le besó en la mejilla, miró a Hayley con desprecio y se fue dejándolos solos aunque rodeados de gente. ¿Que hacer en esa situación? ¿Cuando ves que la otra persona que te encanta tiene pareja?
-No te agrada ¿Verdad?-dijo Jay.
-No te mentiré, me desagrada más que mi madre lo cual es bastante.
-Vamos Hayley seguro que tu madre es agradable.
-No, ¿Por qué estoy hablando de esto contigo?
-Porque a veces las personas que mejor pueden ayudarnos son unos completos desconocidos que pueden saber como te sientes.
-¿Sabes como me siento acaso?
-No, pero quizás pueda ayudarte.
-Gran razonamiento.-dijo Hayley entre risas.
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